Thursday, May 23, 2019

Medios y fines del nacionalismo - Enrique P. Osés

Medios y fines del nacionalismo - Enrique P. Osés 464-oses-fines-y-medios-del-nacionalismo.jpg
http://www.libreria-argentina.com/libros/enrique-oses-medios-y-fines-del-nacionalismo.html
9789875664708
98 páginas
medidas: 14,5 x 20 cm. 
Ediciones Sieghels
2019, Argentina
tapa: blanda, color, plastificado

Nuestra historia suele arrojar el olvido sobre hombres que han tenido una gran influencia en ella, sobre todo si es buena, mientras que no tiene empacho en exaltar a algunos otros que han pasado sin pena ni gloria o que directamente actuaron en contra del interés nacional. Entre los hombres injustamente olvidados se encuentra Enrique Osés, a pesar de que muchos investigadores lo sindican como el fundador del nacionalismo popular en Argentina.
Osés, dirigiendo los periódicos Crisol, con una tirada de 20.000 ejemplares, y El Pampero, con una tirada diaria de 75.000 ejemplares, fue el gran impulsor del despertar nacionalista popular en Argentina. Una actividad diaria incansable en lo que se estiman unas 2800 artículos publicados en contra del Regimen "democrático" de la "Década Infame" y en pos del despertar nacional, resulta incluso difícil de imaginar para los nacionalistas actuales, pero sin embargo no ha tenido todavía el reconocimiento que se merece. Tal vez por el esfuerzo de sus enemigos, que lo han acusado sin reparos, cuando su defensa fue puramente de un Régimen nacionalista argentino de neto corte comunitario y social, buscando sobre todo la unidad de los argentinos en pos del bien común, lo que le ha valido sólo la persecución y la cárcel durante los más diversos gobiernos.
Es así que esta recolección de sus escritos no está constituido por más que una serie de artículos escritos en 1941 desde su prisión en Villa Devoto por desacato contra el Régimen y publicados en El Pampero de aquel año. Lamentablemente su infatigable actividad diaria no le ha permitido escribir un libro doctrinario formal como él mismo hubiera deseado, y como su capacidad literaria reclamaba, pero la recopilación de sus trabajos periodísticos es suficiente muestra del temperamento de este hombre, que se declara incluso feliz de ser perseguido y desde la prisión reclama también cárcel para "los defraudadores de la llamada 'soberanía popular'; para todos los negociadores de la riqueza argentina, los entregadores de la soberanía de la Nación, a las órdenes forasteras que quieren arrastrarnos a “su” guerra; los que otorgan concesiones por cien años, de servicios públicos, vitales en la economía de la patria, a los grandes monopolios extranjeros; los que venden la tierra pública; los que hacen gobernadores, senadores y diputados a dedo y a tanto el “privilegio”; los que salieron de su cargo, al que entraron hasta con los fundillos de sus pantalones rotos, enriquecidos, millonarios; los inmorales, los cobardes, los políticos de profesión desconocida, los ladrones de bosques fiscales; los extranjeros escapados de sus patrias, por cobardes o felones y que escriben en los diarios coloniales envenenando con sus odios a los argentinos".
Osés denuncia sin concesiones a la democracia de la "Década Infame", en tanto que representa un mecanismo de dominación.
Va planteando una a una de las razones nacionales que motivarán una política revolucionaria: la dominación imperialista, la complicidad oligárquica, la falacia del régimen y de sus partidos, el envilecimiento de las leyes y de las instituciones, el mito farisaico del cuarto poder servidor de intereses ajenos al país, la falsificación de la historia, el fariseísmo de los mentores espirituales del pueblo, el abandono del hombre argentino, la acción de las logias internacionales, la incuria administrativa, el fraude político, y todas y cada una de las calamidades nacionales que entonces se encarnaban en hombres y en intereses poderosísimos, son atacados por este nuevo Quijote que pluma en mano, desde las dos páginas apretadas de Crisol se lanza contra La Prensa. Destapa la terrible e ignorada verdad de la trama oligárquica, pulveriza a Sarmiento, a la escuela laica, al liberalismo. Denuncia la complicidad de los curiales, se yergue frente a la justicia y la Suprema Corte, frente a los gabinetes entreguistas de Justo, frente a la entrega ignominiosa de la Corporación de Transportes. Y, lo que es más importante, promete a las nuevas generaciones una revolución verdadera, una revolución profunda que ha de terminar con estas lacras de una vez y para siempre. Y en esta acción recibe el testimonio de la cerrada enemistad del régimen que llega a encarcelarlo oprobiosamente.
Osés propone desde su actividad un retorno a la tradición, al pasado, a los sentimientos auténticamente argentinos, a las virtudes específicas de lo criollo, al culto de la nacionalidad primigenia. Sin interferencias ideológicas forasteras, sin posturas filosóficas extrañas, sin concomitancias de ningún género con nada que no sea de la esencia natural, diríamos así, de la Patria.
Es desde El Pampero que las consignas nacionalistas ganan la validez de lo multitudinario, el Movimiento se reproduce incansablemente hasta en los más lejanos rincones del país, y a todas partes viaja Osés, llevando con su palabra el fuego de los ideales nacionales que enciende fogones en toda la Patria.
Tuvo incluso tiempo de impulsar "La Mazorca", editorial de libros comprometidos con el nacionalismo, cuya labor permanece insuperada todavía por el nacionalismo argentino.
Para callarlo sólo pudieron inventarle una persecución democrática, un comité investigador de las actividades antiargentinas, que se defiende de las acusaciones lanzando el mote de "nazis" a todos los argentinos revolucionarios. Se le acumulan juicios por desacato, por calumnias, por injurias. Se lo quiere quebrar. Todo resulta inútil.
Paradójicamente, el que fuera el gran impulsor del golpe del 43, es también encarcelado en 1945 y su periódico cerrado por orden oficial tras haberse declarado en contra de la declaración de guerra al Eje, que rompe con la tradicional política de neutralidad que mejor servía al interés nacional según Osés.
Así, amigos y enemigos lo persiguen y echan al olvido, pero su palabra de ferviente nacionalista espera ser aquí recordada mediante la reedición de sus obras.

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